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Mostrando entradas de diciembre, 2013

Mamá radar

No sé si les pasa, pero desde que soy madre en mi interior se ha instalado un moderno radar de llantos de bebés y niños. En cuanto oigo una llorera, mi cuello comienza a realizar un estiramiento sumamente incómodo hacia el techo del lugar donde me encuentre (como la Alicia de mi foto), por supuesto hasta hallar al emisor de dicho llanto. A veces mi grácil cuellito no se estira sino que da unas... dos vueltas sobre su eje; sí como la niña de El exorcista. "Y no con poca alegría, constató que podía doblar el cuello en cualquier dirección, como si fuera una serpiente".  Cuando encuentro al nene llorón, suelo compadecerme de él. Mi corazón se encoge hasta el tamaño de la cabeza de un alfiler, y me hinca,  mucho...  Me dan ganas de consolar al pequeñín... Sin embargo, si estoy en el bus, oigo la siempre "oportuna" voz masculina de "denle teta a ese bebe". Entonces se me cae la mandíbula al piso.  ¡Qué demonios le importa!, pienso.  Solo m