Añañau

Anteriormente escribí un post sobre el cine independiente para niños . Entre las películas nombré Mi vecino Totoro, de Hayao Miyazaki (Japón, 1941). Debo mencionar que ayer en la entrega de los Óscar se repitió el premio honorífico que recibió, en agosto del 2014, por la Academia. Este aclamado animador, guionista, realizador y productor,  es director de películas tan bellas como La princesa Mononoke o El viaje de Chihiro. Ya no puedo decir cuántas veces hemos visto Mi vecino Totoro (Studio Ghibli, 1988) ni con qué amor recuerdo la fantasía que tiene ese filme, esa fantasía que nos ayuda a resistir cualquier problema de la vida. Quiero pensar que mi nena cerrará los ojos y pensará que un enorme espíritu del bosque aparecerá para detener la lluvia, o vendrá un Gatobús y la ayudará, y quiero pensar que será tan valiente y sonriente como Mei y Satsuki, quienes no le temen a la oscuridad sino que bailan con ella, esperando que las semillas crezcan, para luego montarse e