Ir al contenido principal

El niño Neruda


Yo tenía catorce años
y era orgullosamente oscuro,
delgado, ceñido y fruncido,
funeral y ceremonioso:
yo vivía con las arañas
humedecido por el bosque
me conocían los coleópteros
y las abejas tricolores,
yo dormía con las perdices
sumergido bajo la menta.


La Guillermina, Pablo Neruda

Dicen que entrar en las casas de Pablo Neruda es volver a los reinos soñados de la niñez y al mundo de pequeños y grandes seres mágicos. Pablo Neruda, el poeta universal, Nobel de Literatura, amante del amor, fue también siempre un niño.
Eso se nota en los hermosos detalles con los que construyó sus tres hermosas casas, ahora museos donde habitan sus juguetes de colección, sus botellas de colores, sus mascarones de proa y todos esos objetos que Pablo amó y descubrió en sus innumerables viajes por el mundo. 
La Chascona, La Sebastiana e Isla Negra son las tres casas de Pablo.  

LA CHASCONA.

Ubicada en las laderas del Cerro de San Cristóbal en Santiago de Chile y construida en abril de 1953, La Chascona sirvió en principio para los amores furtivos entre Pablo (que estaba casado con Delia del Carril) y Matilde Urrutia.
La vivienda fue llamada la Medusa, por la cabellera de Matilde, sin embargo cambiaron el nombre por La Chascona, que significa greñuda.
Una vez separado de Delia, Pablo se instaló en este lugar junto a Matilde. 
Después de la muerte de Pablo, La Chascona fue saqueada y destruida, solo mucho después Matilde la restauraría. Ahora es matriz de la Fundación Neruda. 

Estos son algunos juguetes de la casa:
Muñecas de loza (La Chascona) Foto: Revista Casas

La Sebastiana, ubicada  en el cerro Florida de Valparaíso, fue inaugurada por Neruda el 18 de setiembre de 1961 con una gran fiesta. Posee unos ventanales enormes frente al mar. En este hermoso lugar Pablo recibía las fiestas de fin de año. Ahora es una casa-museo.

La nube, su sillón. Foto: Pinterest.
Caballito de carrusel  (La Chascona) Foto: Revista Casas.


Isla Negra 
Finalmente, les dejo con la casa más bonita (que tiene la mayor cantidad de botellas de cristal y mascarones de proa con nombres de mujeres, como La Guillermina), y con el caballo de madera de la infancia de Neruda.

Salón con los mascarones de proa. Foto: Tumblr.com


Yo era niño en Temuco. El caballo pertenecía a una talabartería del pueblo y yo lo veía cada mañana, cuando iba a la escuela; le tocaba la nariz y se la sobábamos. Ya la tenía desteñida. Con el tiempo volví al pueblo y quise comprarlo, hace poco tiempo. Era demasiado alto el valor que puso el dueño. Volvió a pasar el tiempo y se quemó la talabartería. Sólo salvó el caballo con la cola chamuscada por las llamas, pero ileso. De allí fue a parar a la subasta. Yo les pedí a Camilo Mori y Maruja que se mantuvieran alertas. Ellos lo remataron en nombre mío y aquí está, muy orgulloso desde entonces. Julio Escámez pintó su bello cuerpo de color celeste y dorado fuego, esto último en homenaje al fuego del cual se salvó. Como quedó sin cola, mis amigos trajeron montones de colas de todos colores, negras, castañas, colorinas, café. Colas verdaderas. Ahora, elegantemente enjaezado, con montura, gallardos estribos de madera, riendas, el caballo nos mira contento, firme y simultáneo en sus cuatro patas, esperando al fotógrafo que lo retrate por primera vez.

Caballo de Temuco. Foto: Tumblr.com


http://elpais.com/diario/1995/03/08/cultura/794617211_850215.html 

Comentarios

  1. ME HUBIESE GUSTADO TANTO QUE SEAS MIS OJOS POR UN MOMENTO PARA QUE CONTEMPLES DE LAS TRES, LAS DOS BELLAS CASAS QUE CONOZCO DE PABLO NERUDA (LA SEBASTIANA E ISLA NEGRA)... NO TIENES IDEA DE COMODISFRUTAN LOS NIÑOS ESTAR EN LAS CASAS Y CREEME QUE MI NIÑA INTERIOR SALIO FELIZ :)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Handmade toys on Peru

Los juguetes hechos a mano me vuelven loca, pienso que me hubiera gustado tener muchas cosas de tela, lana o madera cuando fui niña, seguro las hubiera conservado con mucho amor.  En un paseo por las tiendas de artesanías en San Miguel (Lima) encontré muchas cosas para niños. Aunque uno no va precisamente a estas tiendas a comprarle un regalo a un niño, pienso que sería bueno que lo consideraran porque venden unos muñecos tejidos a mano por mujeres de la sierra peruana que además de ser únicos son muy bonitos. También es una forma de cambiar los típicos plásticos por las texturas como la lana y el algodón. Aquí los hallazgos:  En primer lugar, estos deditos tejidos a mano y en forma de mono, tigre, león, Hombre Araña, cebra, Bob Esponja, payaso, etc. Cada uno vale ¡S/. 1 o S/. 1.5! Los siguientes son estos muñecos tejidos a mano en forma de elefante, oveja, cebra, jirafa; todo en lana de alpaca (S/. 50 c/u) . La mochila mono es una monada y está tejida en algodón (S/. 50).

Monsters Inc., los niños de ahora y el miedo

Creada por los genios de Pixar, Monsters Inc. es una película animada sobre una fábrica de monstruos que se dedican a asustar a niños con el objetivo de atrapar sus gritos y conseguir la energía necesaria para toda la ciudad (Monstrópolis). Al margen de la historia, muy interesante por cierto, lo que llamó mi atención fue el argumento del jefe de la fábrica sobre que había que trabajar más, ya que los niños de ahora ya no se asustaban tan fácilmente. Entonces me preguntaba si realmente eso sucedía, si los niños de ahora se asustan menos o es que están más relacionados con esos "monstruos" o existen otros miedos. No he encontrado una respuesta contundente a mi pregunta, pero lo cierto es que de vez en cuando oigo de niños que bailan "Thriller" con desparpajo o ven algunas películas de terror sin miedo. Como todavía son más los niños con miedo, aquí una breve explicación. ¿CÓMO ES EL MIEDO EN LOS NIÑOS? Todos sabemos qué es el miedo y lo sentimos con cierta f

José Watanabe, El fósil y El destete

  Este 25 de abril se cumplieron 6 años sin el gran poeta José Watanabe (Laredo, 1946- Lima 2007). De los ocho poemarios de este magnífico escritor, quiero destacar La piedra alada , en el que poemas como "El guardián del hielo", "El fósil", "Simeón el Elitita" nos hacen amar un poco más la vida, interrumpen  –parafraseando un verso de Watanabe– el habitual pesimismo y nos enternecen. Federico de Cárdenas, en su columna sobre este poeta , lo describe con justicia: "Para quienes ya la conocíamos, es un reencuentro con su universo familiar –fiel a sus recuerdos y afectos de infancia–, con su bestiario amado y con su obsesión por la palabra justa. La suya es una poesía de la observación del cuerpo (como las de Vallejo y Eielson) y de la enfermedad, de los objetos y la vida cotidiana, que captura en su humilde acontecer o tenso agotamiento. Y que se acerca a la historia con mirada escéptica". Voy a copiar dos poemas de este libro qu